lunes, 5 de agosto de 2024

AGRIPINO MALATESTA

Agripino Malatesta, era un alegre comerciante que desde muy pequeño había aprendido de su padre a vender y colocar herraduras, a orillas de una vía muy transitada por viajeros a caballo

Malatesta nunca se preocupó por su saber, pues era el más reconocido de los herreros de la región y eso hacía próspero su negocio. Tampoco se preocupó cuando pasó el primer carro por la vía…De todas maneras siguió su negocio de herraduras.

Ocupado todo el día en atender caballos, no se dio cuenta que el camino empedrado y polvoriento, fue reemplazado por una vía asfáltica de pavimento y los caballos perdían el rumbo hasta desaparecer, dejando el espacio a los carros que ahora pasaban muy veloces. 

Malatesta, sigue ocupado en sus pensamientos de herrero magnífico. Y sin darme cuenta del cambio, pasaba días y horas herrando caballos imaginarios; mientras circulaban caravanas enteras de vehículos. 

El negocio se vino a pique, escasearon los alimentos. La pobreza agarró a mordiscos la casa y acabó con los harapos de Malatesta. El jamás supo explicar la razón por la cual, durante días y horas esperó la llegada de los caballos y jinetes que contaban historias; sin que esto jamás ocurriera. 


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